El Estadio Miguel Chocorrón Buitrago, una de las obras emblemáticas que integran el Complejo Deportivo Dignidad, representa no solo un avance en infraestructura deportiva para Nicaragua, sino también un hito en el ámbito de la ingeniería civil del país.
Una solución estructural pensada para fallas sísmicas
Ubicado en una zona con condiciones geotécnicas vulnerables a movimientos sísmicos, el proyecto enfrentó desde sus inicios el reto de diseñar una cimentación adecuada para garantizar la estabilidad de la estructura. Históricamente en la localización del complejo se revelan fallas geológicas que impiden el uso de métodos convencionales de fundación. Ante este desafío se seleccionó estratégicamente el sistema de cimentaciones profundas utilizando pilotes con dimensiones de 0.8m de diámetro y 11m de longitud, los cuales son elementos diseñados para resistir cargas laterales y verticales, donde se colocó una losa de cimentación de 1.2m de espesor con el objetivo de distribuir eficientemente las cargas estructurales
Un reto sin precedentes en cimentaciones profundas
El estadio se convirtió en un precedente técnico en el país al ser la primera obra en Nicaragua en utilizar el sistema de cimentaciones profundas mediante la tecnología de perforación de tornillo continuo (CFA – Continuous Flight Auger). Esta técnica, común en países con alta sismicidad o suelos complejos, planteó múltiples desafíos operativos y técnicos.
Uno de los aspectos más exigentes fue desarrollar la formulación de la mezcla de concreto a utilizar, debido a que la metodología CFA se compone de un sistema que a medida que se perfora el suelo extrae material a través de la hélice. Una vez alcanzada la profundidad deseada, se bombea el concreto a través de la barra central mientras se retira lentamente la barrena, donde posteriormente ingresará la armadura de acero fabricada.
La mezcla de concreto fue diseñada especialmente, tomando en consideración diferentes parámetros tales como:
Logística de alto nivel para cumplir con los estándares
Otro de los grandes retos fue planificar la logística de suministro de concreto de un elemento considerado como “masivo” por sus dimensiones, donde los factores principales a controlar fueron la temperatura de la mezcla para enfrentar los gradientes térmicos (∆T) entre el interior del elemento y la superficie del mismo, con la finalidad de minimizar el agrietamiento.
Para garantizar un colado continuo, el suministro fue realizado desde varios puntos de dosificación, incluyendo una planta móvil dentro de las instalaciones del proyecto. Estrategia que mantuvo la fluidez operativa, ejecutando la obra sin contratiempos y cumpliendo con los más altos estándares técnicos.
Gracias a esta logística dual, se logró ejecutar la obra sin contratiempos y cumpliendo con los más altos estándares técnicos.
Conclusión
El Estadio Miguel “Chocorrón” Buitrago es más que un espacio deportivo: es un símbolo de avance tecnológico, planificación estratégica y capacidad técnica en la ingeniería nicaragüense. Esta obra demuestra que, con visión y compromiso, es posible asumir y superar desafíos complejos, apostando siempre por la calidad y la innovación.
